jueves, 21 de abril de 2011

Materiales


Anilina al agua: para pintar los cortes de los libros; no penetran fácilmente en los cantos del papel; para obtener un color se disuelve el polvo de anilina en agua y la solución se guarda en un frasco o botella.
Cartón: material para realizar la estructura de los objetos: de fibras, gran densidad; diferentes grosores, a mayor numeración más grosor; para las cubiertas los más utilizados son el 12, 14, 16 y 18; para el lomo se eligen los más finos o estracilla; el más económico es el de color gris.
Cinta: de algodón o raso, distintos anchos y colores; para cerrar carpetas o archivadores, para hacer lazadas, o en sustitución de cordeles para mayor elasticidad y facilidad de abertura de determinadas encuadernaciones.
Cinta de cabezada: de 1cm de ancho; uno de los bordes más ancho; lisas o de colores; se colocan en la cabeza y en el pie del libro para decorar, proteger y reforzar; también se confeccionan en piel.
Cinta de registro: estrecha, fina, de seda o raso, en color o decoradas, pegadas al lomo por la cabeza, como marcador de lectura.
Cola: adhesivo sintético, se puede diluir en agua o no; seca con rapidez y una vez seca es transparente e impermeable; cola blanca (para papel y tela), cola de contacto (para cartones).
Cordel: mejor de lino o cáñamo, mejor calidad; distintos grosores, se elige en función del grosor del cuadernillo; el más utilizado es el de guarnicionero de seis cabos.
Engrudo: adhesivo de origen vegetal fabricado con almidón; cola fuerte, una vez seca permanece flexible e incolora; adecuado para la cobertura del libro con piel, ya que por su lentitud de adhesión da tiempo para realizar todos los pasos del montaje del libro.
Estracilla: conocida como cartón contracolado; menos densa que el cartón compacto, más fácil de cortar.
Gomas elásticas: muy prácticas para cajas y carpetas; de distintos largos y diferentes colores.
Guaflex: material plástico que imita piel.
Hilo: debe ser fuerte para sujetar el papel sin abultar demasiado en el lomo; se suele utilizar el de nailon fino ya que es más resistente, pero para trabajos especiales es más conveniente el tradicional de lino o cáñamo, encerado, para dar mayor fortaleza y facilitar el cosido.
Ojetes: de metal, para rematar pequeños agujeros; niquelados, dorados y de colores; diferentes tamaños.
Papel al agua: el más apreciado, embellece los objetos; decorados a mano o artesanalmente; espesor y rigidez mayor a otros papeles, más difícil trabajar los pliegues, ángulos y bordes; se aplica bien la cola y no transparenta.
Papel de periódico: se utiliza al encolar para no manchar; como suplementos, etc.
Papel de seda: delicado, para forrar pequeños objetos; fino, difícil de pegar y transparenta.
Papel impreso: amplia gama de dibujos y colores; buena consistencia, agarra muy bien la cola, no traspasa.
Papel japonés: de grandes fibras, diversos gramajes y colores; muy bellos para forrar gran variedad de objetos.
Papel kraft: también llamado verjurado o de embalar; se utiliza como refuerzo en los lomos; fina y compacta fibra (cortar en el sentido de las rayas).
Papel satinado: más fino que el impreso; la parte brillante o plastificada no deja pasar el aire; difícil regular la cantidad de cola porque seca lentamente y aumenta el riesgo de formar burbujas.
Papel secante: para absorber la humedad de las piezas colocadas bajo peso.
Pergamino: se obtiene de piel de cordero, cabra o vaca; los pergaminos más finos se llaman vitela; difícil de trabajar; reacciona con los cambios de humedad ambientales.
Piel: material por excelencia para cubrir el libro, bien parcial (lomera) o completo (cubiertas); se utilizan curtidas con ingredientes vegetales para una consistencia adecuada; tienen dos partes, la flor que es la parte exterior y más compacta, y la carnaza, parte interior más aterciopelada; es la carnaza la que se chifla para facilitar los dobleces.
Piel de ante: se trataba del curtido del animal; hoy hace referencia a la piel vuelta; se utiliza para forrar contratapas, guardas estuches y camisas.
Piel de cabra: suele ser la más usada por su consistencia y calidad; carne compacta y flor con grano; gran cantidad de colores y acabados, grano natural o artificial; la más usada es la variedad “chagrén”, piel de primera calidad, grano fino y flexible; otra variedad es la “marroquín”, grano más grueso.
Piel de cordero u oveja: también llamada “badana”, piel porosa, blanda poco consistente; es económica, permite cantidad de acabados y teñidos; difícil de chiflar y dorar.
Piel de ternera o becerro: flor lisa y casi sin grano; se usaba mucho en encuadernación y hoy se usa más para restauración; del curtido de piel de ternera se obtiene el “becerrillo” de color natural y el “box” que destaca por su acabado liso y brillante.
Remaches: para sujetar mecanismos de anillas, etc.; dos piezas, cabeza y pinche; de metal, niquelados o dorados; diversos tamaños.
Tarlatana: tela de algodón, tipo gasa, trama abierta y con apresto; refuerza el lomo y la sujeción de las tapas.
Tela: pegada sobre una capa de papel fino que permite trabajarla fácilmente, sin deformarse; es impermeable a la cola; decora y protege cantos y esquinas del roce y refuerza los lomos.

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